La gestión de siniestros en México es un tema complejo que requiere la colaboración de múltiples actores para ser efectiva. Así las cosas, la colaboración público-privada son y han sido un instrumento esencial para gestionar los siniestros en gran escala que se presenten en el país.
En un país con una alta exposición a desastres naturales como es México, la capacidad de gestionar siniestros de forma eficaz y eficiente es fundamental para reducir riesgos y proteger la población. La creciente complejidad de los desastres y emergencias ha demostrado que una respuesta única, ya sea pública o privada, no es suficiente para enfrentar los desafíos que representa un siniestro. En este contexto, la colaboración pública-privada (CPP) se consolida como un enfoque necesario para fortalecer las capacidades de respuesta y recuperación ante siniestros de gran escala.
Ya sabemos que, por su ubicación geográfica y diversidad climática, nuestro país está expuesto a una amplia gama de desastres naturales. Es más, según datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en las dos últimas décadas México ha experimentado un incremento en la frecuencia y severidad de siniestros naturales, resultando en pérdidas económicas por miles de millones de dólares y afectando a millones de personas.
Aunque el Sistema Nacional de Protección Civil es el organismo que coordina las acciones del gobierno federal, estatal y municipal frente a emergencias, a veces la magnitud de los siniestros y la escasez de recursos demandan sumar esfuerzos y recursos de otros. Es ahí, entonces, donde entra en juego la CPP.
BENEFICIOS DE LA CPP EN LA GESTIÓN DE SINIESTROS
La CPP es una estrategia que involucra la cooperación del gobierno y las empresas, con el fin de enfrentar desafíos comunes que requieren una respuesta rápida y eficaz. Definido el concepto, veamos por qué esta colaboración es indispensable en la gestión de siniestros.
- Recursos financieros y técnicos. La CPP permite la movilización de recursos financieros y técnicos que, de otra forma, serían inaccesibles para el sector público. Ello incluye la inversión en infraestructura crítica y tecnología avanzada para prevenir y dar respuesta a siniestros, como pueden ser el uso de drones para evaluar daños o el análisis de big data para predecir fenómenos naturales.
- Optimización de recursos. El sector privado, en especial las aseguradoras y las empresas de infraestructura tienen recursos financieros y logísticos para responder ante emergencias. Por ejemplo, en el caso de un terremoto o un huracán, firmas de telecomunicaciones pueden ayudar a restablecer las comunicaciones, algo vital para coordinar la ayuda humanitaria.
- Mejor coordinación y respuesta rápida. Por ser más ágil en la toma de decisiones y la implementación de soluciones, la participación del sector privado es vital en momentos críticos. Mientras tanto, el sector gubernamental puede proporcionar el marco legal y organizativo para coordinar esfuerzos.
- Distribución de riesgos. La CPP permite una distribución más adecuada de los riesgos entre los socios involucrados. Al compartir responsabilidades y beneficios, se fomenta una mayor cooperación y compromiso entre ambas partes.
- Fortalecimiento de la resiliencia comunitaria. La CPP también contribuye a la preparación y sensibilización de la población ante siniestros. Muchas empresas colaboran con el gobierno para ofrecer capacitación en la gestión de riesgos a nivel local, lo que fortalece la resiliencia de una ciudad o comunidad.
CASOS DE ÉXITO EN LA CPP EN MÉXICO
A lo largo de los años, se ha demostrado que la CPP ha sido fundamental en la gestión de siniestros en México, sobre todo en los siniestros de gran escala. Veamos un par de casos.
El primero de ellos se refiere al terremoto del 19 de septiembre de 2017, ocurrido en el centro de México con una magnitud de 7.1. Este sismo causó cientos de muertos y heridos, así como miles de edificaciones dañadas, sobre todo en la Ciudad de México, Puebla y Morelos.
En dicho siniestro, el gobierno federal, mediante la Secretaría de Gobernación y el Cenapred, lideró la respuesta en términos de coordinación y movilización de recursos. Sin embargo, fue la intervención de empresas y organizaciones privadas lo que permitió una respuesta más efectiva. Hay que recordar que BBVA México activó un programa de donaciones que movilizaron fondos más rápidamente; Cemex aportó materiales para la reparación de infraestructura dañada; Volaris ofreció vuelos gratuitos para la evacuación de personas afectadas y el transporte de equipos de rescate; mientras que empresas como Telmex y AT&T trabajaron para restablecer las comunicaciones en las zonas más afectadas.
En un caso más reciente, durante la pandemia del COVID-19, la CPP fue fundamental para mitigar los efectos de esta emergencia sanitaria. Organismos como Carlos Slim Foundation y la Fundación BBVA hicieron donaciones para garantizar la disponibilidad de insumos médicos; Cemex y Femsa trabajaron para asegurar el abastecimiento de productos esenciales; empresas tecnológicas proporcionaron plataformas para facilitar la educación a distancia; y empresas automotrices como General Motors y Ford adaptaron sus líneas de producción para fabricar máscaras, protectores faciales y ventiladores que distribuyeron a hospitales y centros de salud en todo el país.
RETOS Y OPORTUNIDADES EN LA CPP
Si bien es cierto que los casos anteriores muestran el éxito de la CPP, también hay desafíos que deben abordarse para asegurar que este tipo de alianzas sean más efectivas en el futuro. Para mejorar la gestión colaborativa de siniestros en México, desglosamos algunas recomendaciones:
- Desarrollar alianzas estratégicas. Sentar acuerdos formales y alianzas estratégicas entre el gobierno y las principales empresas del país.
- Crear comités de coordinación. Formar comités mixtos que se reúnan regularmente para discutir y planificar estrategias de respuesta.
- Incentivar la inversión. Ofrecer incentivos fiscales y otros beneficios a las empresas que participen activamente en la gestión de siniestros.
- Promover la innovación. Fomentar la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías y prácticas innovadoras en la gestión de desastres.
Como se ha visto, es evidente que la CPP es vital para una gestión eficaz de los siniestros en México. Aprovechar los recursos y capacidades de ambos sectores permite una respuesta más rápida y eficiente, minimizando el impacto de los desastres en la población. Por ello, a medida que los retos evolucionen, es necesario fortalecer esta colaboración y adaptarla a los nuevos riesgos y siniestros que enfrente el país.
SINESTRY es experto en el reclamo ante aseguradoras a causa de siniestros naturales de gran escala, como lo fue el Terremoto del 19 de septiembre de 2017. ¡Acércate a nosotros!