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CATEGORÍAS DE HURACANES: LO QUE SABEMOS E IGNORAMOS DE ESTAS TORMENTAS

Los huracanes se clasifican según su velocidad del viento. Pero también hay que saber de otros elementos destructivos de estos fenómenos meteorológicos. ¡Conozcamoslos!

Los huracanes ya están presentes en nuestra geografía continental y permanecerán en ella por lo menos hasta noviembre. Y lo que es un hecho es que en esta temporada de huracanes, como en las anteriores, los medios de información meteorológica se centren en un número: los cinco puntos de la fuerza de la categoría de la escala Saffir-Simpson.

Esta escala es una medida estándar utilizada principalmente en América del Norte y el Caribe para clasificar la intensidad de los huracanes, basándose en la velocidad del viento. Fue desarrollada por el ingeniero civil Herbert Saffir y el meteorólogo Robert Simpson, en la década de 1970.

La escala Saffir-Simpson consta de cinco categorías, numeradas del 1 al 5, cada una asociada con un rango específico de velocidad de viento y un potencial de daño:

  • Categoría 1: vientos de 119 a 153 km/h. Daños mínimos, principalmente a árboles y construcciones móviles.
  • Categoría 2: vientos de 154 a 177 km/h. Daños moderados que pueden afectar a techos, puertas y ventanas.
  • Categoría 3: vientos de 178 a 208 km/h. Daños significativos, con estructuras dañadas y árboles derribados.
  • Categoría 4: vientos de 209 a 251 km/h. Daños catastróficos, con daño extenso a la mayoría de las edificaciones.
  • Categoría 5: vientos de más de 252 km/h. Daños catastróficos, con la mayoría de los edificios colapsados o destruidos.

Fuente: Instituto de Geografía – UNAM

UN ERROR SOLO CONSIDERAR LA CATEGORÍA DEL HURACÁN

Sin embargo, para Iwan Stalder, jefe de Grupo de Gestión de Acumulación del Grupo de Seguros de Zurich, centrarse solo en el número de la categoría del huracán puede ser un error muy costoso. Dice que la intensidad de la categoría no es un predictor confiable de daño. Explica que “la escala excluye la presión central que impulsa la marejada ciclónica, las precipitaciones y las inundaciones tierra adentro resultantes, el tamaño físico de una tormenta y otros factores importantes”.

Stalder ejemplifica con la temporada de huracanes de 2018 para resaltar las limitaciones de la escala Saffir-Simpson. Expone que, en octubre de ese año, el huracán Michael se midió como categoría 5 cuando tocó tierra en Florida con fuertes vientos y mares en ascenso que dañaron partes de la costa. No obstante, el huracán Florencia causó daños comparables al golpear las costas de Carolina del Norte y del Sur, aunque se le clasificó con una categoría 1.

Argumenta que la velocidad del viento es solo un elemento destructivo dentro del arsenal de un huracán. Y añade: “Los huracanes de categoría 4 y 5 son terriblemente destructivos, pero las tormentas tropicales grandes, húmedas y lentas, y los huracanes de categoría 1 como Florencia, que causaron lluvias torrenciales e inundaciones, pueden ser igual de destructivos y mortales”.

CUATRO FACTORES CLAVE A CONSIDERAR EN LOS HURACANES

Por su parte Mathias Graf, jefe de Investigación y Desarrollo de Catástrofes de Zurich, hace ver que alrededor del 80% de las pérdidas de la industria de seguros sufridas por el huracán Michael se debieron a daños por el viento. En contraste, el viento solo fue responsable de alrededor del 20% de los daños causados por el huracán Florencia.

Graf detalla los cuatros factores clave que provocaron que el huracán Florencia causara tanto daño, a pesar de estar clasificado bajo la categoría 1.

  • Tamaño: el huracán Florencia se extendió 130 km desde el ojo. Este gran tamaño significaba que dañaría una amplia área de tierra e impactaría a una población de personas más grande que el huracán Michael.
  • Aumento: el tamaño de Florencia significaba que impactaría una extensión más grande de costa con la marejada resultante, causando más daños que el viento.
  • Ritmo: Florencia disminuyó a solo 3-5 kph después de tocar tierra, lo que le permitió descargar más lluvia, causando mayores inundaciones en el interior.
  • Duración: El movimiento lento de Florencia significó que las estructuras fueron golpeadas y debilitadas por el viento durante muchos días, incluso antes de que el huracán tocara tierra.

Fuente: Zurich

¿CÓMO RESPONDER ANTE LA AMENAZA DE UN HURACÁN?

Si ya vimos las diferentes formas en que un huracán puede causar daños, ¿qué es lo que hay que hacer para enfrentarlo? “Prepárese”, dice Connor Warfield, Líder de Resiliencia Climática en Soluciones de Resiliencia de Zurich Norteamérica.

Abunda que construir resiliencia antes de una tormenta ahorra tiempo y dinero a largo plazo. “La realización de un análisis de ingeniería completo de sus activos físicos y su plan de continuidad comercial identificará dónde está expuesto a la amenaza de un huracán por el viento, las inundaciones y la marejada costera”.

Por su lado, Blair Carter, Consultor Sénior de Ingeniería de Riesgos y Especialista Regional de Zurich Resilience Solutions, explica que las empresas deben comprender los principales impulsores de pérdidas, vulnerabilidades y posibles impactos comerciales. “Equipado con este conocimiento –dice-, permite que una empresa tome decisiones informadas sobre cómo prepararse y responder a un huracán.”

Carter insiste en que un plan de respuesta a emergencias climáticas severas completo y bien ejecutado puede tener un impacto significativo en la reducción del daño a la propiedad y la interrupción del negocio. “Al crear un plan de respuesta a emergencias de tormentas de viento, las empresas pueden estar mejor preparadas para responder y recuperarse ante un evento desafiante. Si se actualiza rutinariamente el plan, las vulnerabilidades potenciales pueden cuantificarse y mitigarse adecuadamente”, concluye.

En resumen, los huracanes son peligros naturales complejos que requieren algo más que una simple categorización de la velocidad del viento, como lo contempla la escala Saffir-Simpson, para llevar a cabo una planificación de su impacto. Estar informado sobre todos los elementos que se conjugan en la peligrosidad de un huracán también es importante, al igual que prepararse para afrontar sus consecuencias.

SINESTRY ha adquirido una amplia experiencia en la recuperación de siniestros como el huracán Ingrid y la tormenta Manuel (2013) y, más recientemente, con el huracán Otis (2023). ¿Quieres resolver tu siniestro? ¡Nosotros te apoyamos!